Cómo empezó todo
Por Javier Puerta
 
 
La historia(sic) nos narra que Genarín, Genaro Blanco, era un deambulante borrachín y comprador de pieles de conejo, que murió atropellado por el primer camión de la basura que hubo en León, en la fría mañana del 29 de marzo de 1929, mientras hacía sus necesidades fisiológicas. Según el relato del suceso publicado en el Diario de León "Junto al cubo tercero de la muralla yendo desde Puerta Castillo para San Lorenzo, inmediato a la escalerilla que baja desde la Calle de Santa Marina".
La peculiar muerte del no menos peculiar personaje dió pie a que los
cuatro evangelistas el poeta Francisco Pérez Herrero, Eulogio, taxista, Nicolás Pérez, arbitro de fútbol y Luis Rico, aristócrata bohemio hicieran una parodia de la seria y rigurosa Semana Leonesa. El último evangelista murió el 4 de junio de 1986. Su esfuerzo, su ilusión, su constancia, y sus versos, dieron cimiento a esta ronda romántico-poética del Entierro de Genarín.

El entierro de Genarín es básicamente una farsa de un Via Crucis, iniciado por los evangelistas (unos cachondos muy cultos), como reacción a toda la hipocresía pacata generada por la iglesía católica, que en León, tenía y por que engañarnos, tiene una especial relevancia ( hoy en día basandose en la tradicción y el folclore), aunque precisamente por eso no tiene la misma contundencia que entonces, en cuanto a lo político etc.- pensad que, en los comienzos, en semana santa era ¡obligatorio! el cierre de bares y cualquier centro de diversión -.

El caso es que al principio tenía forma de ronda poética de amigos que fue creciendo boca a boca de forma que llegó a ser populosa. Hasta que llegó un gobernador más gilipollas y facha que los demás y prohibió el entierro en 1957. A finales de los 70 se retomó y según fue creciendo en popularidad, se hizo necesario, para poder llevar a cabo todos los puntos de la liturgia a lo largo del recorrido, tomar la forma de un pasacalles, a modo de procesión y con antorchas y pirotecnia para abrir trocha entre la multitud, que cada vez es más numerosa, siendo especialmente populosos los años 93 ó 94, en los que se llegó a hacer un recuento de 10.000 personas.

En su dia se hizo el intento de que la multitud siguiera activamente la farsa colocando megafonías en cada punto clave y pudiera escuchar las poesías que hacen referencia no solo a la liturgia bufa, sino a tradiciones, rincones y dichos leoneses que son curiosos o muy bellos.
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